TRABAJAR MENOS PARA TRABAJAR TODOS

Muchas veces se ha dicho que si en vez de políticos pusiésemos a dirigir los destinos de un país a cualquier ciudadano/a capaz de sacar adelante una familia con hijos, mas la hipoteca y otros asuntos... mejor nos iría.

Sin duda infinitamente mejor que esa pandilla de camándulas que ni siquiera tiene idea de cuál es el salario mínimo interprofesional.



Porque hay cosas que parecen de perogrullo. Y, posiblemente, lo sean.

Es más, parece que las soluciones que aplican esos dechados de sabiduría que viven de la sopa boba son justamente lo contrario de lo que cabría esperar.

Posiblemente la razón de la sinrazón estribe en que no hacen más que favorecer los intereses de los grandes imperios económicos.

Y no, no soy aficionado a las teorías conspiratorias. Pero, a ver:

- Subir impuestos (IVA y demás)
- Rescatar bancos y cajas de ahorro que luego pasan de dar crédito a los ciudadanos.
- Rescatar países y economías gestionadas pésimamente (claramente corruptas) para que sigan pagando las deudas contraidas y a cambio de brutales privatizaciones y recortes sociales.
- Elevar la edad de jubilación.
- Aumentar el número de años a cotizar para tener derecho a la pensión completa de jubilación.
- Abaratar el despido.
- Permitir que el Euribor (referencia para los intereses de las hipotecas) suba ahogando aún más las economías más débiles.
- No legislar en pro de la dación en pago sosteniendo los abusos de los bancos ante dificultades para pagar la hipoteca.
- Recortar el gasto en educación y sanidad.
- Tolerar las subidas constantes y desproporcionadas en los precios de la energía doméstica.
- Dejar que los carburantes suban aún cuando el barril de petroleo baje y no apostar decididamente por energías alternativas y/o renovables.
- Pasar por alto, como quien no quiere la cosa, que el biodiesel no procede del petroleo y, sin embargo, ajusta sus precios en consonancia con el diesel que sí procede del petroleo.

Y un largo y deplorable etcétera que vamos sumando desde el desgraciado momento en que en Europa se adoptó el Euro como unidad monetaria. Momento trágico que supuso la inmediata subida de precios de todo hasta niveles tan absurdos que la capacidad de reacción ciudadana se quedó paralítica.

No hace falta tener muchas luces para comprender que ninguna de esas medidas favorece a los ciudadanos. Unicamente los convierte en esclavos de un sistema económico altamente inhumano y opresor.

Las medidas que favorecerían a la gente con nombre y apellidos tendrían que ir por un camino absolutamente contrario. Medidas que favoreciesen el mantenimiento del poder adquisitivo y el consumo razonable así como la rotación de los puestos de trabajo. Si elevamos la edad de jubilación mantenemos ocupado un puesto de trabajo. A efectos de los intereses macroeconómicos es bueno porque esa persona sigue cotizando. Desde el punto de vista del ciudadano no sólo disminuimos su derecho al ocio tras una vida de trabajo sino que cerramos la puerta del trabajo a una persona joven.

Al aumentar los años a cotizar para tener derecho a una pensión de jubilación conseguiremos nuevas generaciones de ancianos con un poder adquisitivo miserable. En consecuencia, la economía "de la calle", la de la mayoría de las personas comunes y corrientes, empeorará. Si no hay poder adquisitivo el dinero no circula, no se compra, no se vende. Los únicos que vivirán bien son los de siempre: los bancos.

El camino sólo puede ser:

- Bajar impuestos
- Priorizar el bienestar de los ciudadanos antes que el pago de la deuda externa (saliéndose del infame círculo del Euro si es preciso).
- Disminuir la edad de jubilación.
- Favorecer el primer empleo.
- Elevar el salario mínimo interprofesional.
- Reducción de la jornada laboral (para dar lugar a crear más empleos pero sin que le suponga mucho mayor gasto al empresario)
- Mejorar la educación para elevar el nivel profesional de los futuros trabajadores.
- Mantener la sanidad universal y gratuita.
- Invertir en I+D de tal forma que las personas con preparación especializada puedan trabajar en el país.
- Entrar de lleno en el terreno de las energías alternativas que no nos hagan depender tanto de la importación de combustibles fósiles. De hecho, por ejemplo, el biodiesel debería ser mucho más barato puesto que se puede fabricar en el propio país.
- Apoyar al máximo la creación de pequeñas y medianas empresas.
- Eliminar de una vez el factor miedo y potenciar el consumo especialmente de productos locales.

No es una lista exhaustiva. Supongo que se trata de asuntos elementales que cualquier ama o amo de casa debería tener como cosa normal.

Otro asunto es que quienes mueven los hilos del poder quieran permitirlo.

Al capitalismo inhumano y sus representantes le importa muy poco las economías domésticas.

Sinceramente, hace falta una Democracia Real YA.

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1 comentarios:

  1. Gastón 2.0 dijo:

    Lo más curioso de todo, es que en ningún momento los políticos se sienten responsables del desastre.

    Como si una crisis financiera fuese una lluvia inesperada.